A pesar del Brexit, Reino Unido continúa siendo uno de los principales países receptores de emigrantes ourensanos. A lo largo de 2023 superó el millar de empadronados, siendo uno de los pocos destinos que logró ganar residentes desde la provincia. A este grupo pertenecen Antía Quintas y Antón Fernández. Ambos llegaron a las islas británicas con la idea de mejorar su inglés y se quedaron al disponer de unas condiciones económicas difícilmente equiparables a las de la provincia.
Antía llegó a este destino en busca de las oportunidades laborales que la reciente crisis le había impedido obtener en Ourense. La oportunidad de dedicarse a lo que había estudiado, organización de eventos, no apareció enseguida. Primero tocó picar piedra en diferentes empleos en el sector de la hostelería hasta que le apareció la oportunidad. Hoy tiene un trabajo asentado en una empresa de organización de eventos y un hijo británico, cuenta con una vida estable en Londres y no tiene en sus planes regresar a casa.
Similar es la historia de Antón. En su caso llegó a la capital del Reino Unido por amor. A su novia, también ourensana, le surgió una oportunidad laboral y juntos se lanzaron a la aventura. A pesar de contar con la titulación en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte, también le tocó abrirse camino en el sistema de trabajo británico a través de la hostelería y las guarderías. Ahora trabaja como profesor de Educación Física en uno de los colegios más prestigiosos de Inglaterra y ha montado su propia escuela de fútbol.
Ambos casos coinciden en señalar el factor económico como clave para establecerse en Inglaterra, a pesar de que creen que se pierde calidad de vida. “Tanto el sueldo como las condiciones laborales son muy superiores, pero pierdo en calidad de vida. Aquí hay más estrés, la vida es más oscura”, señala Antía. Un aspecto en el que coincide Antón: “Pierdo en mi día a día, la gastronomía es peor, se hace menos vida social… pero a cambio puedo ahorrar. Algo que para un profesor en España es más complicado”.
Otro aspecto en el que se ponen de acuerdo es en el valor que se la da al trabajador español. “En mi colegio somos siete españoles, y siempre han contado con nosotros por nuestra profesionalidad”, explica el ourensano. En cuanto al futuro, la vuelta a casa no se atisba cercana en ninguno de los dos casos. “Tengo mi hijo y mi trabajo aquí, no entra en mis planes volver”, relata Antía. Por su parte, Antón ve improbable un regreso ante las condiciones actuales del profesorado en España.
